sábado, 27 de octubre de 2018

Los principios de la Revolución Francesa y su incidencia en el pensamiento educativo y pedagógico en América Latina y en Venezuela por @minervabueno


La Revolución Francesa, como movimiento de emancipación de las influencias eclesiásticas y monárquicas, tuvo una incidencia sin precedentes en el pensamiento educativo y pedagógico en América Latina y, por ende, en Venezuela, a través de los ideales demarcados por la Ilustración, siendo un modelo exportado desde Europa. Esta tendencia persigue que la Iglesia y la Monarquía Española dejen de regentar la educación en América Latina, para que el Estado de cada nación asuma su responsabilidad en la formación de la población. Pero, el Estado, concebido como un factor que interviene en el ámbito político y económico del país a beneficio de toda la masa social, buscando la mayor suma de felicidad posible para todos los pobladores y no solo para los grupos minoritarios que detentaban el poder entonces (clérigos y gobernantes). Lo que pregona es la masificación de la educación, como derecho humano, dado que la ignorancia hace que los individuos sean más dóciles y manipulables, lo que interesaba a los poderes de la época para mantenerlos dominados y explotados. Por lo tanto, la libertad y la democracia son requeridas como condición indispensable en la difusión de saberes y creación de conocimientos. En consecuencia, se impone el método dialectico y una educación que incentiva la reflexión y el análisis, rompiendo con la educación bancaria, predominante para época.

En esta misma línea de acción, encontramos el pensamiento pedagógico de Simón Rodríguez, quien inspirado en las ideas de la Ilustración, defendió el derecho a la educación de la población, independientemente del género, clase social o raza, siendo considerados todos como iguales. Así mismo, promovió una educación que se preocupara por enseñar a los ciudadanos sus derechos y deberes, además de formarlos y capacitarlos para el trabajo en pro del beneficio individual y colectivo, sin descuidar el desarrollo del pensamiento analítico bajo libertad de pensamiento. Igualmente pregonaba la importancia de la metacognición y la educación para toda la vida, además del aprendizaje colaborativo y socio-constructivista, fomentando una educación más centrada en el aprendizaje y menos en la instrucción. Uno de sus legados más significativos fue su frase “Inventamos o erramos”, lo que alienta a la innovación y aplicación de la creatividad en el contexto cotidiano, sopesando otras formas de hacer las cosas y encontrando nuevos caminos para ejecutar y solucionar problemáticas.



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